Hoy, día 1 de Octubre, tal como anunciábamos, zarpamos a bordo de la nave Destino, para surcar los mares ignotos y descubrir las costas a las que esta goleta maldita, de gobierno misterioso, tenga a bien conducirnos.
Nuestra historia comienza aquí y ahora y vosotros, atentos lectores, seréis testigos, si os place, de nuestra andadura. Daréis fe de cuantos hechos asombrosos hayan de acontecer, y del desempeño de las quiméricas empresas a las que, es seguro, tendremos que enfrentarnos.
Cada semana, cada viernes, en concreto, se descubrirá un retazo de la Historia, un asomo del cambiante mundo donde nos es obligado morar.
Cambiarán los narradores y cambiarán los escenarios. Habréis de seguir atentos, amigos míos, los avatares del destino funesto que rige nuestras almas, para así descubrir la misión que se nos ha encomendado.
Siete serán, siete, los enigmáticos personajes que escribirán esta gesta, los extraños pobladores que la habiten, condenados a pasar una buena parte de su vida prisioneros del más endemoniado navío que haya concebido cualquier oscura maldición. Todos han sido convocados, todos han acudido a la cita, para pagar sus culpas, para obtener poderes inconcebibles o para escapar de enemigos terribles y cobrarse un día la dulce y ansiada venganza.
No les está permitido desembarcar, salvo extrema necesidad y bajo su solo albedrío, y por cada día transcurrido en tierra deberán añadir un año entero a su condena. Pero abordarán otros barcos, si es su deseo, anclarán donde les plazca y recibirán visitantes inesperados o no, por el tiempo que quieran alojarlas.
No hay más reglas, queridos lectores. El vasto mar nos aguarda. Como aguardamos también nosotros vuestros ilustres comentarios.
Northumbria, 1 de Octubre de 2010
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